domingo, 1 de febrero de 2009

LA MARCA


No todas las almas son buenas, uno nunca sabe que tipo de ente estará a la espera, atento de que alguien le abra la puerta, y le permita de nuevo estar de alguna manera presente en este mundo. No puedes elegir a tu alma preferida, sólo colocar el tablero prender tus velas e invocar que alguien en el más allá te escuche y se atreva a participar en tu juego, el juego de la Quija.
¿Porqué lo hacíamos? No lo sé con certeza. Talvez esperábamos alguna respuesta para el futuro o saber lo desconocido del pasado. Tal vez por el simple placer de hacerlo. Lo cierto es que nos fascinaba, sentimientos de temor y valentía se encontraba en cada una de las sesiones.
Mis amigos y yo, sabíamos que existía el riesgo de que el alma invocada no quisiera irse de la misma manera que vino, y decida quedarse en este mundo. Por tal motivo siempre realizábamos las sesiones en lugares descampados, desoladas, casas abandonadas, y hasta aquella vez fue un éxito.
Recuerdo que una vez fuimos a una iglesia abandonada, una que tenía catacumbas, estaba abandonada y en proceso de refacción por tal motivo el pase a este lugar estaba prohibido.
Eso no nos importo, ni nos detuvo. Ingresamos buscamos el lugar mas tétrico y nos sentamos, prendimos las velas y comenzamos con el ritual de invocación. Al instante apareció un alma, nos dio mucho miedo pues se trataba de un alma rebelde. Movía la copa con fuerza, se negaba a dar su nombre, y la razón por la que se encontraba ahí, después de un largo rato logramos convencerlo de abandonar el juego.
Aún rememoro la última vez que participe de ese juego maldito, me asuste tanto que decidí no volver hacerlo.
Todos decidimos hacer el juego de la Quija en nuestro propio barrio. Al igual que las otras veces nos sentamos prendimos nuestras velas, mi amigo Luís y yo colocamos ligeramente las manos sobre la copa que estaba en el tablero y comenzamos a invocar para que se presente un alma. Y así sucedió el alma se presento, para nuestra mala suerte de una de las ventanas de una casa salió un señor molesto y vociferando a gran voz – ¿Qué carajo están haciendo muchachos de mierda?
Nos asustamos porque nos agarro desprevenidos y metimos la pata en grande. Soltamos el tablero y dejamos caer la copa al piso, la misma que se partió en pedazos cuando teníamos el alma en el tablero.
En ese momento una ráfaga de aire muy fuerte atravesó nuestros cuerpos, embriagándonos de pánico y temor. Un temor inimaginable, sabíamos que el alma se había quedado en el barrio y que seguiría al menos a uno de nosotros. Desesperados agarramos el tablero y corrimos, corrimos todos en diferentes direcciones cada uno a su casa con intensión de despistar al alma para que no nos siguiera, ni conozca nuestra ubicación.
Llegue a mi casa con mucho miedo casi temblando, no articule palabra alguna y me metí de un salto a la cama, el miedo me embargaba y cuando por fin logre dormir tuve una de mis peores pesadillas.
En mi sueño intentaba escapar de un ser extraño, no lo podía ver, sólo sentía su presencia como una sobra que se acercaba muy velozmente hacia mi. Sentía su respiración su presencia, su mirada pero no podía ver lo que me seguía.
En mi sueño corría despaborido por calles silenciosas. Lograba gritar pero nadie me escuchaba, nadie me auxiliaba, en eso siento que algo me coge de la pierna, exactamente desde la pantorrilla me sujeta y me aprieta fuertemente. Sólo atino a gritar, ha gritar desesperadamente -AAAAAHHHHHHH!!!
Logro despertar y darme cuenta que se trato sólo de un sueño, bajo de mi cama y me dirijo al baño y siento ligero dolor en mi pierna, me levanto el largo del pantalón y me doy cuenta de algo terrible, en la pierna que me había agarrado el ser extraño en mi pesadilla, en esa misma pierna tenia un moretón con forma de mano.
Estoy seguro que ese moretón me lo hizo el alma que dejamos escapar, ahora ya no tengo la marca, se borro a las pocas semanas. Pero jamás voy a olvidar la marca en mi pierna.
GRACIAS DAVID