jueves, 18 de noviembre de 2010

Estornudo


Hoy  es una mañana húmeda,  un poco fría, el  clima está jugando una mala pasada a esta calurosa tierra.  Estoy  en la oficina  junto a  mis compañeros de trabajo, el aire  caliente de la misma y  el  que despedían los ventiladores  parece  hacer mella  en las frágiles fosas nasales de  una  compañera, el silencio que se contrastaba con el sonido del  ventilador y el sonido del teclado fue asaltado  de pronto por un estrepitoso estornudo. -¡Achuuuu!

-¡salud! Contesta otro compañero.

-gracias, responde Milenka mientras  restriega un pedazo de papel higiénico por  su nariz.

 Luego  otro estornudo  y otro más  invaden la  tranquilidad de la oficina. -¿qué  es? Comienzan las bromas, - si todavía no es  fin de semana.

Un estornudo más y mi mente se  transporta a un recuerdo  de mi adolescencia,  a mi epoca escolar.  Estaba en clase de matemáticas,  junto a mis  52 compañeros de clase, en medio de un examen  parcial,  el silencio  era  casi fúnebre para esos exámenes la profesora karol una de las más  estrictas  del colegio,  le gustaba  que fuera así,  así de  silencioso, así de fúnebre, nada podría interrumpir  ese silencio,  ni los cuchicheos de los compañeros, ni el nerviosismo plasmado  en el ruido  de los  zapatos. Nada  podía   interrumpir ese silencio.

Hasta que de pronto un  estornudo rompe el protocolo. -¡Achuuuuuuu! Era Pilar una  de las más  aplicadas  alumnas  con  su irregular   ataque alérgico. – salud contesta un  compañero.

Segundos más tarde otro estornudo  vuelve a incomodar el  ambiente y más aun a la profesora. Esta vez  más de uno  responde al estornudo con un cordial ¡salud!.  Esto  enoja un poco a la profesora  quien se está dando cuenta  que  está perdiendo  el control del silencio en el aula.

Otro estornudo   y  casi la mitad del salón  interrumpe el silencio del examen para  dar un ¡salud! en un gesto de solidaridad  con nuestra  compañera  que  atravesaba un ataque alérgico.

La profesora enojada  porque  por primera  vez perdió el control del silencio  agita  su regla de madera  y la estrella  contra  su pupitre- ¡SILENCIO! ¡CALLENSE! ESTAN  EN MEDIO DE UN EXAMEN  Y  NO SE PUEDE  HABALAR, AHORA  NO QUIERO  QUE NADIE  DIGA SALUD. ¿ENTENDIDO?- protestó la profe.

Todos nos quedamos en silencio,  de pronto  un  nuevo estornudo  interrumpe  el examen, nadie dijo nada, otro y otro estornudo  vuelven a interrumpir el silencio  y la concentración de pronto tras un último estornudo, una palabra de una voz chillona y anónima quiebra  la tranquilidad  y provoca el  estallido  de una risotada grupal.  - ¡MUEREEEE!