domingo, 30 de marzo de 2008

AYAHUASCA


Después de cubrir un reportaje sobre un albergue que dirigen unos norteamericanos en nuestra ciudad, me encontraba sentado con ellos, alrededor de unas de sus mesas de camping, que tenían en su jardín, bajo la sombra de un techo con caída de lluvia que nos mantenía muy frescos y protegidos del intenso calor loretano.
-¿Deseas ron?- me pregunto la Sra. Patricia, una mujer norteamericana madura pero con un gran carisma y espíritu jovial.
-No, para mi sólo Coca Cola, please- contesté tratando de hablar un poco mi desastroso spanglish.
-Cree que el ron le va a matar- Intervino en nuestra charla Mr. James, un norteamericano robusto, de mejillas coloradas, cabello blanco y de muy buen humor. Oh tal vez sería que el licor ya les estaba alegrando el momento.
En cada instante su risa me provocaba gracia, debido a que cuando lo hacia, aguantaba la carcajada y su boca hacia una mueca triste mientras ahogaba la risa, pero sonreía con los ojos achinandolos, mientras por la fuerza que hacia al no querer liberar su risotada su colorado rostro tomaba un tono aún más rojizo. Era la primera vez que veía a una persona con un gesto de alegría y a la vez tristeza.
Luego Mr. James tomó con su mano derecha un vaso de vidrio, le echo un par de cubos de hielo, lleno la tercera parte del vaso con un ron nacional y termino de llenarlo con Coca Cola. Para luego extenderme su mano y me dijo: -sírvete. ¡Salud!-
Aunque no quería beber, no quise desairar a mi amable y alegre anfitrión, así que tome el vaso y comencé a beberlo a sorbos lentos. Yo no había terminado de beber y ellos ya se habían acabado la botella. La charla estaba amena me contaban acerca de cómo ellos percibían la idiosincrasia de mi país.
- ¿Y ya probaron el Ayahuasca?- se me ocurrió preguntar.
Mi pregunta pareció callar a todos a mi alrededor e incluso borrar la sonrisa de Mr. James. Quién respondió a mi interrogante. -Yo creer que el Ayahuasca ser malo- dijo con la voz un poco quebradiza por el alcohol en su organismo. ¿Pero Por qué?- le insistí.
-Ustedes aquí en Loreto, creen que la ayahuasca les va a permitir mejorar. Les va a permitir ser mejores. Que de mejorías hay en beber un brebaje toxico que me va a poner idiota un buen rato, además me va a hacer vomitar y cagar por horas. No le veo ninguna mejora en eso-. Dijo muy enfático y luego sonrió sosteniendo su vaso y mirandome fijamente esperando una replica de mi parte.
-Es la primera vez que escucho que el ayahuasca se toma para buscar ser mejor, todos los que me han contado que han tenido una experiencia tomando ayahuasca resaltaron las regresiones y las visones del futuro que tuvieron acerca de si mismos, tambien las visones de seres sobre naturales de imagen espiritual girando alrededor de ellos, mientras se mantenína en unpofundo trance, pero ninguno me explico el verdadero motivo que los llevó a protagonizar esa experiencia- conteste.

-Pero por eso, creen que alucinando sobre su pasado y su futuro pueden mejorar como personas y cambiar su vida- me contestó un poco enérgico.
-Un compatriota norteamericano, vino muy preocupado aquí a Loreto para tomar la ayahuasca, le dijeron que tomando la ayahuasca cambiaría su vida. Entonces él cuando llego, se fue con un tipo que servía de contacto con el brujo que hacia la sesión de ayahuasca. Y él se lo llevo al bosque, al interior de la selva. le hizo cruzar la espesa jungla y lo llevo con un chaman muy bueno, muy conocido por especializarse en las sesiones de ayahuasca. Pero grande fue su fiasco cuando allí se encontró con un hombre con el dorso desnudo, muy sucio y maloliente, no tenía dientes, la piel de la parte del pecho se le pegaba al hueso dejando ver la delgadez de su cuerpo, sus extremidades superiores e inferiores delgadas desequilibraban con su prominente abdomen. Seguro estaba lleno de gusanos, estaba descalzo, y solo un taparrabos cubria su desnudes. Bueno mi amigo lo miró de pies a cabeza y dijo: " This son of a bitch, is going to help me to be better person, first he need helps him and then come for me"; “Este hijo de puta va a mejorar mi vida, primero que mejore su vida y después venga a ayudarme a mí”. luego se fue y nunca más se atrevió a probar ese extraño purgante-. refuto Mr. James.
-Que ironía, un ciego tratando de guiar a otro ciego.

jueves, 13 de marzo de 2008

¡Y TÚ! ¿ESCUCHASTE A LA LLORONA?


Aquella calurosa mañana sabatina, 14 amigos entre hombres y mujeres nos encontrábamos en Padre Cocha, pequeño poblado ubicado a la margen Izquierda del río Nanay, a 20 minutos del puerto Bellavista Nanay (en bote motor). Nuestro propósito era investigar la realidad de los habitantes para el curso de etnología. Ya aquellas personas pertenecen a la etnia Cocama Cocamilla, y como nuestro objetivo principal era el académico, fuimos a investigar la realidad de este poblado.
Nos sorprendimos al ver todo lo que pudimos encontrar en aquélla pequeña urbe, que parecía tener de todo; encontramos desde discotecas, bares, y hoteles.
Luego de haber recorrido todo el pueblo nos encontrábamos cansados, pues nos habíamos entrevistado con un sinnúmero de personas que nos conversaban sobre la idiosincrasia de su pueblo con una cordialidad inesperada. Siete chicas y siete hombres conformábamos el grupo.
Ya a las cinco de la tarde todos nos sentíamos satisfechos con haber cumplido con tan apremiante labor. Por tal motivo decidimos quedarnos esa noche, recuerdo que: Josué el más pilas del grupo dijo: -Vamos a quedarnos aquí por esta noche. Vamos a la disco- remarcó.

A todos nos pareció muy buena idea. Así que decidimos registrarnos en el Hotel del pueblo para descansar y esperar la noche. Seis de las chicas, tomaron dos habitaciones triples, mientras los varones hicimos lo mismo, quedaba una pareja de enamorados fuera, Patty y Marcos, quienes decidieron tomar juntos, su propia habitación.

El hombre de la recepción, un señor regordete, de rostro mofletudo y de mirada amigable, nos aconsejo que si nuestro propósito era salir a divertirnos, lo hiciéramos lo más temprano posible, pues el generador de luz que abastecía a todo el pueblo del tan apreciado fluido eléctrico, sólo funcionaba hasta las 10 de la noche y que minutos depués de esa hora todo el pueblo quedaría en penumbras.
Tal advertencia nos permitió acordar que teníamos dos horas como máximo para ducharnos y reencontrarnos en el hall de hotel, para iniciar nuestra diversión.
Patty y Marcos la parejita del grupo, decidió que no irían con nosotros argumentando que el trajín del viaje y la labor realizada durante la tarde los había dejado completamente agotados, así qué ellos aprovecharían todo el tiempo para descansar.
Y así lo hicimos todos nos fuimos a nuestras habitaciones, unas cabañas de madera ubicadas una junta a la otra. Luego de dos horas nos reunimos y nos dirigimos a la discoteca. Después de beber, bailar justo antes de ser las diez decidimos regresar, en medio camino nos dio las diez de la noche y el poblado quedo a oscuras; la noche negra y el paisaje desolador era nuestro escenario, mientras nos dirigíamos al hotel. En el camino César el más parlanchín de todos, nos narraba historias de terror, la que nos impacto mas era la historia de la llorona. Una historia que cuenta las apariciones sobrenaturales de una mujer, que lloraba su trágica suerte por la pérdida de sus hijos y que siempre se presentaba a los viajeros que pasaban en lugares oscuros y tenebrosos como el que en esos momentos recorríamos con el objetivo de matarlos. Tal historia nos hizo acelerar el paso hasta llegar al hotel todos caminábamos rápido casi corriendo tratando de no tropezar en medio de tans oscuro camino.
Cuando llegamos al hotel nos refugiamos todos en una habitación. Tanto miedo nos dio el relato, que nadie quería irse a su cuarto. De pronto unos quejidos nos pusieron alertas. Una mujer se quejaba. Todos nos miramos. Yo pregunte -¿Escucharon eso?- Todos respondieron que sí. -¿De Donde viene el ruido?- pregunto Gabriel, con un poco de temor. Todos se pusieron nerviosos, sobre todo porque en la oscuridad no veíamos nada. Los gritos continuaban.
-Los gritos vienen de las habitaciones del fondo- dijo, Josué. –Vamos a ver que es.
-¡Y si es la llorona!- con voz de pánico, dijo una de las chicas.
- No, no vayan, mejor quédense aquí con nosotras- dijo Karen.
- ¡Henrry, Vamos los dos!- me dijo Josué. El pánico se estaba apoderando de mí, pero aproveche que nadie lo había notado, para responder. -¡Vamos, pues!
Como todo estaba oscuro avanzábamos con lentitud, además el temor nos hacía dar pasos cortos. Cada paso que dábamos lo hacíamos gracias a la ayuda de la luz de nuestros celulares, pero aún así no servía de mucho. Los ruidos de la mujer quejándose, habían cambiado. Ya no se escuchaban muy quejumbrosos y se tornaban aunque pareciera extraño placenteros. Llegamos hasta el final del corredor y nos dimos cuenta que los sonidos provenían de la habitación de Patty y Marcos. Nos habíamos olvidado de ellos.
Pegamos nuestros oídos a la puerta y escuchamos en silencio.
Sin duda eran ellos. Escuchamos toda clase de sonidos y frases provenientes de nuestra amiga. Sin querer nos habíamos convertido en cómplices auditivos de una de sus sesiones de amor. Rápidamente nos dimos cuenta de lo que estaba pasando. Aguantando la risa, presionando las manos sobre nuestra boca, regresamos con los demás. Ni bien nos vieron nos preguntaron muy angustiados. -¿y qué fue eso?
-La llorona- respondió Josué mientras soltaba una carcajada. Yo tampoco no me pude aguantar la risa.
-¿Qué paso?- preguntaron intrigados. -¡Sígannos!- dijo Josué poniendo su dedo en medio de su boca haciendo seña de silencio a los demás.
Y Así los condujimos hasta la habitación de Patty y Marcos.
Todos pegaron sus oídos a la puerta de madera de aquella habitación y escucharon los sonidos. Los cuales en un principio los llenaron de pavor y estaban acabando por inundarlos en risas.
Entre tropiezos y risas regresamos a la habitación de una de las chicas. Las carcajadas nos duraron varios minutos, nos reiams como locos y tdos bromiabamso al respecto. Luego no supimos cuando nos quedamos dormidos todos en esa habitación.
A la mañana siguiente nos dispusimos a tomar el desayuno en grupo. En un comedor que quedaba frente al hotel. Juntamos las mesas y nos sentamos a esperar a todos. Cuando llegaron Patty y Marcos, lo hicieron juntos abrazados y muy cariñosos. Todos nos quedamos mirandoosles y sonriendo.
¿Y que tal Chicos? ¿Cómo estuvo la noche?- Pregunto Patty.
-De miedo- Se apresuro a responder Josué.
-¿Por qué?- volvió a preguntar Patty. Un poco extrañada y preocupada.
-Porque escuchamos a la llorona- respondió muy serio Josué.
Al oír la respuesta de nuestro compañero y amigo, todos los que ya estábamos sentados alrededor de la mesa nos miramos y esbozamos una sonrisa cómplice.
-¡Y tu! ¿Escuchaste a la llorona? –les interrogo Josué muy serio.
-No nada, nos quedamos profundamente dormidos. –dijo Patty.
-¡Que raro! Pero si gritaba fuerte- respondió José.
-¿Así? ¡que miedo! ¿Y que escucharon? Cuéntenos, ¡por favor!- dijo Paty Mientras su rostro dibujaba una cierta ansiedad por conocer lo misterioso.
Segundos después los rostros de Patty Y Marcos se desencajaron y sonrojaron cuando Josué les repitió textualmente lo que había escuchado. Y nosotros no supimos contener más la risa, cuando Josué les respondió. –La Llorona decía en la noche: “Hum, hum, hum. No lo saques por favor. No lo saques, por favor mi amor.